Lo mejor del cine en corto

Entrevista a Steve Fallas, director de 'Los Cacos

Explorar las historias que los cineastas emergentes tienen para contar es una experiencia siempre enriquecedora. Conocer sus orígenes, sus influencias y cómo logran plasmar sus ideas en pantalla nos permite acercarnos al arte desde una perspectiva íntima y auténtica.
Tengo la oportunidad de charlar con Steve Ortiz Fallas, director del cortometraje Los Cacos, quien nos sumerge en un relato cargado de tensión y exploración de las relaciones de poder.
El cortometraje sigue la historia de Mario, “un joven que vive en un pueblo alejado de la ciudad. Todo cambia cuando su hermano mayor, Isaac, regresa al pueblo y lo obliga a cometer un robo. A medida que los eventos se desarrollan, las cosas se complican y la relación de poder entre los hermanos queda en duda.”. Este es solo el inicio de una narrativa que nos lleva a cuestionar las dinámicas familiares, las expectativas sociales y la lucha interna de los personajes por la libertad.
A lo largo de nuestra conversación, Steve nos comparte su recorrido en el cine, sus influencias y las lecciones aprendidas en el camino.


El inicio de un camino en el cine
Para entender mejor su trabajo y su visión, le preguntamos a Steve sobre su historia personal y cómo se introdujo en el mundo del cine. Originario de la Zona de los Santos, en Frailes, fuera de San José, Steve nos cuenta que, a diferencia de muchos cineastas, él no creció inmerso en la cinefilia ni en el arte: “Mi familia no tenía ninguna relación con el mundo artístico, y yo tampoco tenía una gran afición por el cine antes de decidir estudiarlo”, comenta. Fue durante su búsqueda de una carrera profesional que Steve descubrió el cine, un campo que hasta entonces le era completamente ajeno.
"El cine apareció como una opción cuando buscaba qué estudiar. Al principio fue un mundo nuevo para mí, y no tenía ningún acercamiento previo, pero me di cuenta de que podía ser una forma poderosa de contar historias que reflejaran la realidad en la que crecí", nos explica.
El hecho de no venir de un entorno cinéfilo no fue una desventaja para Steve, quien pronto comenzó a moldear su propio estilo y enfoque creativo. Su experiencia personal y sus raíces en la zona rural costarricense influyeron profundamente en su forma de ver el mundo, y esto se refleja en sus obras.

Las relaciones humanas como eje central de sus historias
Cuando le preguntamos sobre los elementos que más le atraen al producir una obra audiovisual, Steve menciona que, hasta el momento, ha dirigido dos proyectos principales: Los Cacos y su tesis de grado. Ambos tienen algo en común: la exploración de las relaciones humanas desde una perspectiva contextual. "Lo que más me interesa de mis proyectos es cómo las personas interactúan dentro de sus propias relaciones personales", explica.
Para Los Cacos, en particular, la relación entre los hermanos Mario e Isaac sirve como vehículo para explorar temas más amplios, como el poder, la influencia y el deber hacia la familia: "Me interesa mucho cómo el contexto afecta el comportamiento de las personas. En Los Cacos, es la dinámica de poder entre los hermanos la que define el rumbo de la historia. Me preguntaba qué tipo de contexto lleva a que uno de los personajes tenga el control en un momento determinado y cómo esa dinámica puede cambiar", añade.


Inspiración estética y narrativa: un retrato atemporal del campo costarricense
Al profundizar en los orígenes de Los Cacos, Steve revela que la inspiración inicial provino de la estética visual de los pueblos costarricenses de los años 90. Creció viendo las fotos de su padre, quien, en sus palabras, vivió en una cultura que le recordaba a la Argentina de los años 80 y 90: "Me fascinaba esa estética, ese mundo. Y cuando pienso en la Zona de los Santos hoy en día, siento que es un lugar donde el tiempo no ha pasado. Cuando uno llega allí, parece que está en un espacio fuera del tiempo, como si no pudieras distinguir entre el pasado y el presente", describe Steve.
Esta idea de un lugar atemporal es central en la narrativa de Los Cacos, que busca capturar tal sensación de estancamiento y resistencia al cambio. Sin embargo, el cortometraje también tiene una segunda capa de significado, que es cuestionar los lazos familiares y la presión de cumplir con las expectativas impuestas por la familia. Steve se interesó en la frase “la familia es la familia” y en cómo esa creencia puede ser puesta a prueba en circunstancias difíciles. “Quería explorar hasta qué punto uno debe estar del lado de su familia simplemente por serlo, y si esa lealtad siempre debe prevalecer”, reflexiona.

Influencias cinematográficas
Al preguntarle si tuvo influencias cinematográficas específicas para este cortometraje, Steve admite que este aspecto fue un desafío. "Cuando comencé a trabajar en Los Cacos, me resultaba difícil encontrar referencias claras de otros cineastas o películas", señala. A diferencia de otros directores que recurren a influencias estilísticas o narrativas de grandes cineastas, Steve se enfocó en la realidad que conocía. "Mis mayores referencias fueron personas reales: familiares y amigos de mis padres a quienes entrevisté. Y visualmente, las fotos de mis padres fueron mi inspiración principal", explica.
Este enfoque hacia lo íntimo y personal le dio a Los Cacos una identidad visual y narrativa única, alejada de las convenciones cinematográficas comunes, y más cercana a la vivencia de la Costa Rica rural que él conoce tan bien.

Un mensaje abierto a la interpretación
Le preguntamos a Steve si había algún mensaje específico que quisiera transmitir con Los Cacos, o si buscaba provocar emociones particulares en su audiencia. Steve prefiere dejar espacio para la interpretación del espectador. "No pienso tanto en qué sensaciones quiero generar, sino en ser lo más fiel posible a la historia que quiero contar. Al final, cada persona va a interpretar la obra de manera diferente", asegura.
Sin embargo, reconoce que el tema de la libertad es uno de los ejes centrales del cortometraje. "Siento que lo más universal del corto es la sensación de libertad que se experimenta al final, después de soportar una presión constante", añade. Esta sensación de alivio y liberación es un hilo conductor que atraviesa la historia de los hermanos.


Retos y aprendizajes durante la producción
Como muchos cineastas que comenzaron a trabajar en proyectos durante la pandemia, Steve enfrentó varios desafíos logísticos al filmar Los Cacos. "El mayor obstáculo fue, sin duda, la pandemia. Estábamos en una etapa en la que había muchas restricciones, y no sabíamos qué se podía hacer y qué no. A eso se sumaba el hecho de que grabamos en Frailes, una zona alejada de la capital, y la universidad solo nos dio dos días para filmar", recuerda.
Pese a los obstáculos, Steve reconoce que fue una experiencia de aprendizaje invaluable. "Todos éramos muy nuevos en esto, y no sabíamos cuánto tiempo tomaría hacer una toma o cuánto tiempo nos llevaría todo el proceso de rodaje. Fue difícil, pero también fue de lo que más aprendí", afirma.

La dirección de actores: un descubrimiento gratificante
Una de las partes del proceso que más disfrutó Steve fue la dirección de actores. Contó con el apoyo de Eder Porras y Javier Montenegro, dos personas a las que agradece enormemente por su colaboración en el proyecto. "La dirección de actores fue algo que realmente disfruté. Trabajé mucho en cómo transmitir la presión que los personajes sienten al principio de la historia, y cómo esa presión se va liberando poco a poco", comenta.

Reflexiones finales: el cine como herramienta de aprendizaje
Al final de nuestra conversación, le pedimos a Steve que nos contara cuál fue su mayor aprendizaje al realizar Los Cacos. "Lo que más me llevo de esta experiencia es el aprendizaje. Siempre me sorprende lo mucho que uno puede aprender en cada proyecto", dice. Y agrega: "Una de las decisiones más importantes que tomé fue no mostrar el asesinato en pantalla. En su momento, fue una decisión difícil, pero hoy me doy cuenta de que fue lo correcto. Entendí que lo importante no era mostrar el acto, sino las emociones y las consecuencias que este traía para los personajes."
Este tipo de decisiones son las que hacen que Los Cacos se destaque como un cortometraje que, más allá de sus elementos visuales, invita al espectador a reflexionar sobre las dinámicas de poder, las lealtades familiares y el proceso de liberación personal.

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