Marco Gamboa, el talentoso director detrás del cortometraje Je ne suis pas d’ici, nos comparte la evolución de su vida hasta convertirse en un director de cine apasionado por las historias humanas y la fotografía callejera.
Je ne suis pas d’ici cuenta la historia de Camila, una joven argentina viviendo en París, quien enfrenta su trigésimo cumpleaños sintiéndose dividida entre su edad y su sueño de convertirse en actriz, y con el apoyo de sus amigos y su amor por la actuación, consigue un trabajo como guía turística en las encantadoras calles parisinas, pero el día de su primer tour surge una oportunidad inesperada que la obliga a elegir entre su nuevo trabajo y su carrera actoral.


"Yo toda mi vida dije que iba a estudiar aviación", comenta Marco al reflexionar sobre sus primeros años, "pero cuando llegaron los momentos de la verdad, a los 18 años, cambié de opinión. Me pudo más la rama del arte." Desde joven, Marco ya se involucraba en teatro, baile e incluso tocaba instrumentos. "Siempre fui muy inquieto, con un interés profundo por las artes en general." Este impulso lo llevó a tomar la decisión de mudarse a Buenos Aires para estudiar dirección de cine en la Universidad del Cine. Sin embargo, su hambre por aprender no se limitaba solo a la dirección. Marco sintió la necesidad de dominar otras áreas del cine para ser el director que quería ser. "Rápidamente me di cuenta de que solo con la dirección no iba a ser suficiente", dice, "empecé a aprender de dirección de fotografía, sonido y postproducción."

Durante su tiempo en Argentina, Marco no solo se sumergió en la academia, sino que también trabajó como editor en la universidad, participando en numerosos proyectos y perfeccionando su habilidad en diversas áreas de la producción audiovisual. A lo largo de los siete años que vivió en Buenos Aires, dirigió tres cortometrajes personales y se mantuvo activo en el departamento de edición. Este período formativo fue crucial para su desarrollo artístico.

La evolución de un estilo propio: Del cine íntimo a la improvisación creativa

Tras regresar a Costa Rica, Marco Gamboa continuó explorando su pasión por la fotografía, particularmente la fotografía callejera, una práctica que, según él, influye directamente en su trabajo cinematográfico. "La fotografía de calle me gusta mucho porque me permite interactuar con personas, salir a la calle con la cámara en mano y ver qué encuentro", afirma. Este estilo se refleja en Je ne suis pas d’ici, donde la espontaneidad y la interacción con el entorno juegan un papel fundamental.
"Yo tiendo a fluctuar entre hacer algo de género ficción y algo más documental", explica Marco sobre su enfoque narrativo. En el caso de Je ne suis pas d’ici, buscó un equilibrio entre ambos extremos: "Este corto es un balance entre escribir un guion y salir a la calle a buscar qué nos encontramos." Esta improvisación es lo que le da vida al cortometraje, donde los elementos imprevistos del entorno se integran de manera orgánica en la historia.
Una de las anécdotas más interesantes que comparte Marco es cuando, durante una grabación en las calles de París, se encontraron con una marcha que no estaba planeada. "De repente, una protesta apareció en nuestra toma", recuerda. "La gente pensó que éramos de la televisión y se metieron en la escena. Fue un momento caótico, pero al final lo incorporamos en el cortometraje."


El nacimiento de Je ne suis pas d’ici: Inspiración, realidad y colaboración

La idea de Je ne suis pas d’ici nació durante un viaje a París que Marco realizó por ocio. Aprovechando que se iba a encontrar con dos amigos de universidad, Camila y Nicanor. Decidieron aprovechar la oportunidad para crear algo juntos. "Lo primero que hicimos fue definir qué queríamos contar", relata. "El tema de ser extranjero y perseguir un sueño fue lo que más nos resonó."
El personaje de Camila, protagonista del cortometraje, está inspirado en su vida real. "Ella es una actriz argentina en París, a punto de cumplir treinta años, con un trabajo como guía turística, pero con el sueño de convertirse en actriz", explica Marco. Muchas de las situaciones que vemos en el cortometraje son reflejos directos de las experiencias de Camila, lo que añade un toque de autenticidad a la narrativa.
Hubo importantes limitaciones de tiempo y equipo, "Solo teníamos una cámara, un trípode y una pequeña luz", menciona. A pesar de ello, lograron capturar la esencia de la historia, enfocándose en el viaje emocional de Camila y su dilema entre seguir su nuevo trabajo o continuar persiguiendo su sueño actoral.

El desafío de la codirección: Tres visiones, una sola historia

Uno de los aspectos más retadores de Je ne suis pas d’ici fue la codirección del proyecto. Marco, Camila y Nicanor se unieron para dirigir la obra, lo cual trajo consigo desafíos únicos. "Trabajar con otros directores siempre es complicado porque cada uno tiene su propia visión", admite Marco. Sin embargo, el equipo encontró una forma de dividir las responsabilidades de manera natural. "Yo me encargué de la fotografía, Nicanor de la producción y Camila de los actores", comenta.
Sin embargo, fue en la etapa de postproducción donde surgieron más debates. "Ahí es donde cada uno tenía su mirada como director, y hubo momentos en los que tuvimos que negociar nuestras ideas para llegar a un consenso", recuerda Marco. A pesar de los retos, la colaboración resultó ser enriquecedora y permitió que el cortometraje se nutriera de tres perspectivas distintas.


El mensaje de Je ne suis pas d’ici: Un corto para el alma

Cuando se le pregunta sobre el mensaje central de su cortometraje, Marco reflexiona sobre los temas de fracaso, resiliencia y la búsqueda de los sueños. "La vida está llena de desencuentros y fracasos, pero es la actitud con la que los enfrentamos lo que define si vamos a triunfar o no", afirma. Je ne suis pas d’ici busca conectar con el espectador a nivel emocional, recordándole esos momentos en los que la vida nos desafía, pero también nos da la oportunidad de seguir adelante.
"Es un cortometraje para el alma", dice Marco con una sonrisa. "Es para todos aquellos que alguna vez se han sentido fuera de lugar, que han tenido que luchar por sus sueños y han aprendido a seguir adelante, incluso cuando las cosas no salen como uno espera."