Una historia profundamente personal, pero universalmente relatable. Feliz Día, este conmovedor cortometraje seleccionado para la competencia MADE IN COSTA RICA, narra la vida de un niño que creció sin la presencia de su padre, pero solo en la adultez comprendió lo que realmente sucedía durante todos esos años. Su director, Alonso Vargas, se entregó por completo, compartiendo su momento más vulnerable y convirtiéndolo en una hermosa obra cinematográfica.
¿Quién es Alonso Vargas? y, ¿cómo descubrió la pasión por la cinematografía?
Soy Diseñador Gráfico. Yo siento una conexión muy especial con el cine y hacer cine desde pequeño, porque era super chiquito y mi tío tenía unas cámaras, es fotógrafo, yo me acuerdo que yo le traveseaba las cámaras y me regañaba, me metía debajo de la cama y graba cosas los juguetes. A Veces a escondidas con mis primos grabábamos cosas de terror, sé que son tontas, pero siempre estuvo por ahí atrás.
Cuando se dio esta oportunidad tuve que aprovechar.
En pocas palabras, ¿cuál es la historia de tu cortometraje?
Mi vida. Es un proyecto que iniciamos en la universidad para un curso de producción audiovisual. Tenía muchas ganas de trabajar algo así en la carrera. En este curso nos dieron a escoger un momento de nuestras vidas, para contar.
Yo decidí contar sobre una etapa de mi vida en la que yo estaba muy pequeño y no recuerdo mucho, pero que siempre se daban conversaciones alrededor y uno no entendía, hasta que estuve suficientemente adulto pude entender, pero que de alguna forma hacer esto revivió muchos de estos sentimientos que yo pensé que no sentía.
¿Qué elementos incluiste en tu proyecto qué te parecen indispensables, o que consideres a la hora de ver algún cortometraje?
Creo que una buena historia que llame la atención, pero el hecho que usted tenga una historia, interesante y clara, que quiera contar.
Alonso, para este proyecto en específico, al ser una historia tan personal, ¿consideras haber tenido influencia de algún referente, o nació completamente de tu imaginación?
Qué difícil, como es tan personal lo que hice, no sé si hay un referente destacado, pero tal vez si puedo reconocer, que en ese curso nos tocó ver películas y una de esas fue un documental italiano, “La Persona de Leo M”. Es la historia de una mujer transgénero que tiene que atravesar una vida super dificil en contra de su familia y sus expectativas. Entonces la forma en la que fue grabado, lo íntimo y lo casero, son cosas que de alguna forma yo jalé y me pegó mucho.
La historia es bastante conmovedora, ¿crees que los espectadores se lleven sentimientos o al ser una historia personal, no haya vínculos con la historia?
Voy a ser súper honesto, no espero gran cosa del público, no en el mal sentido, sino en el más modesto, porque para mi ya es demasiado orgullo y privilegio el solo hecho de que más personas que mi mamá y mi abuela, puedan verlo. Es que eso es lo bonito para mi, agarrar a alguien ajeno, desconocido y saber cosas íntimas de ellos. Y el hecho de que la mía pueda llegar a ojos y oídos de la gente, ya es conmovedor.
Conversábamos con el profesor, que a pesar de ser una historia muy íntima, también es muy universal, mucha gente sabe lo que es pasar por esas cosas.
Y, ¿tuviste alguna dificultad o anécdota a la hora de crear o grabar este proyecto?
Fue un caos, mi mente era un caos total. Yo no sabía exactamente cómo hacer la escaleta para esto, como debía salir muy espontáneo, yo pensaba cosas y todo salía diferente, entonces estaba muy acongojado.
Grabé muchas cosas en desorden, entonces a la hora de montarlo fue una tarea súper difícil encontrarle sentido a la narrativa.
Como dato curioso, en el momento que llamo a mi papá, donde estoy de espaldas, según yo solo iba a grabar la llamada, me empezó a dar pánico por saber que estoy haciendo lo que estoy haciendo sin que él supiera, metí la cámara al ropero y empecé a hablar conmigo mismo y ahí fue donde se me quebró la voz y todo.
¿Por qué decidiste presentar tu cortometraje en el festival shnit?
Porque siempre he sentido esa picazón por hacer cine. El año pasado cuando hice el corto, lo tiré a la competencia porque al profesor le gustó y a los invitados, entonces yo dije, tal vez, lo intenté inscribir, pero no tuve suerte. Este año quería ver si hacía algo más pero no dio chance, así que volví a intentar con este corto y esta vez sí salió.
¿Cómo te sientes ahora que escogieron tu cortometraje?
Demasiado nervioso e inseguro honestamente, el hecho de sentirme así tan desnudo y tan expuesto ante tanta gente desconocida, se va a sentir más al aire uno.
Me siento muy feliz y privilegiado, pero a la vez demasiado nervioso.
Me encantaría conocer, ¿cuál es la impresión emocional que te deja una vez que has completado tu cortometraje
Como escribí ahí en la sinopsis de la historia, sobre como esta llamada al pasado trae catarsis, siento que cuando uno hace algo, uno tiene que llevarse algo, la audiencia, pero uno también y con este trabajo sentí que hablé de cosas que no solía hablar y que estaban enterradas y ahora todo el mundo se va a dar cuenta. También tuve que afrontar, aunque no le dije a mi papá, tuve que hablarle sabiendo cosas diferentes en mi cabeza, ese choque que de alguna forma abrió heridas, pero también las suturó.