Lo mejor del cine en corto

Entrevista con Cris Solano: llevar los sueños a flor de piel

En un mundo donde la magia de la cinematografía se funde con la esencia misma de la vida. Cris Solano Mata, una joven y talentosa cineasta costarricense, nos invita a explorar su fascinante relación personal con el séptimo arte. Desde su graduación en Cine y Televisión en la Universidad Veritas hasta la creación de obras como "Todas las Lunas" y "El porqué de las lágrimas", Cris ha develado historias impregnadas de sensibilidad y significado.

¿Cuál fue tu inspiración para sumergirte en la carrera de cine?

Yo desde que tengo memoria recuerdo tener en cerca cámaras de fotografía y de video. Creo que fue algo que inconscientemente siempre tuve presente. Apenas tuve la consciencia para tomarlas yo para grabar yo, para tomar fotografías yo fue algo como qué pasó naturalmente. Cuando llegó el punto de escoger por cuál área me quería ir y qué quería hacer, fue de hecho mi mamá la que tuvo la sensación y la claridad para decirme: “yo creo que usted debería estudiar algo que tenga que ver con audiovisual”. Ella me apoyó bastante con eso, empezamos a hablar al respecto y desde antes de que entrara a la universidad ya había hecho algunas cosas que yo no me había dado cuenta que eran como cortitos. Eran exploraciones.

Cuando entré a la U, llega un momento en el que uno no sabe qué hacer, quiere hacer muchas cosas. Yo escribo desde que era pequeña, entonces tenía claro eso, que quería escribir, pero me gustaba todo. En algún punto todo se unió naturalmente. A la hora de la tesis decidí que lo que yo quería era dirigir un corto, que fue un corto bastante personal que se llama "Todas las Lunas" (2020). En el proceso de este cortometraje pierdo a mi abuela paterna y ella fue una inspiración demasiado grande. Entonces a partir de eso se volvió más que personal en una experiencia espiritual para mí. En este corto yo exploré demasiado con la naturaleza, con la magia. Definitivamente a partir de eso encontré mi estilo y lo que me podía yo comunicar y conectar para a partir de eso hacer historias.

Siempre había querido hacer una película o corto donde yo crecí, que es Orosi de Cartago. Ahorita no vivo ahí pero para mí, ese lugar era conectar con el frío, con la naturaleza, con las montañas, con algo fantasmal de alguna manera. En "El porqué de las lágrimas” yo dije: “Tiene que ser ahí”. Sentí que esa magia que yo veía en el lugar debía ser retratada por alguien originario de ahí, era lo más justo. 

Hablaste de la magia y el estilo que encontraste en tu primer corto, ¿cómo definirías ese estilo a nivel estético? O para vos ¿qué es la magia en el cine?

En la universidad conocí mucho lo onírico y me fui mucho por ahí y creo que fue el primer acercamiento a esa magia que yo veía que se podía retratar desde el cine. Recuerdo que en algún momento hice un documental cuya fuente principal era una astróloga. Ella me dijo: “Vos estás buscando un camino que tiene que ver con esto, con la espiritualidad, con la brujería, con la astrología y lo estas buscando a través de tu herramienta que es el cine. Pero también lo vas a encontrar en tu vida”. Y literalmente fue así, me di cuenta que siempre había estado presente. También, he leído respecto a otros cineastas que usan incluso el término cine chamánico, que conectan no sólo su espíritu sino también con otras energías que están a nuestro alrededor a través de las imágenes, de la fotografía, de la dirección de arte, de todo lo que nos permite el cine. Entonces, fue ese primer paso de decidir “yo quiero hacer esto, quiero explorarlo”, porque es una exploración, no puedo decir que ya lo domino al cien por ciento, pero sí intento empaparme de esta información y de todos estos cineastas que buscan conectar con esta sensibilidad de la espiritualidad y la magia. Yo creo que la magia está en la vida. Me gusta creer eso. Y la encontré muy presente en el cine. 

Me encantó esa respuesta. Yo creo que el corto que produjiste transmite justamente toda esta magia y ojalá los espectadores se logren llevar consigo un poco de ella. ¿Tienes alguna otra cosa en específico que quieras que los espectadores se lleven del corto? 

Claro, me encanta esta pregunta porque de hecho yo siento que yo tenía una idea muy clara, tenía una sensación que quería transmitir. Sin embargo, siento que el corto no es tan claro, es un poco abstracto de hecho. Entonces, me gustaría que esté abierto a que quien lo vea, si logra conectar, lo interprete como quiera interpretarlo.

Para mi tiene que ver tal vez con la soledad, tiene que ver con muchas metáforas. Por ejemplo, encontrar cucarachas en un momento de absoluta soledad en tu vida. Conectando mucho con esas emociones oscuras que a veces tenemos y tal vez esa es la única compañía que encuentras en tu casa: una cucaracha muerta. Pero tal vez para alguien más esa cucaracha signifique otra cosa completamente y lo conecte con otra sensación o con otro significado.

Entonces, con solo el hecho de que se conecten de alguna manera, que tal vez se identifiquen de cualquier forma, que sea natural para ellos, eso es lo que me gustaría, que logren conectar y se dejen llevar.

Y de alguna manera cuando uno saca estas historias, ya dejan de ser mías, empiezan a ser parte de quienes las vean y de lo que sea que quieran sentir. Eso me parecería muy hermoso.

Me parece que estás como muy conectada con una sensibilidad hacia el mundo que se traduce en tu producción porque a toda esta carga de simbolismos solo se puede llegar teniendo una gran sensibilidad. ¿Mientras realizaban el cortometraje ocurrió alguna anécdota interesante?

Recuerdo que cuando llegamos a la locación, había muchos insectos por todo lado. Había polillas, mariposas y la directora de foto, Camila Araya, dijo como “yo esto lo voy a guardar para Cris y yo sé que ella va a encontrar la manera para ponerlas en algún lugar”. Y así fue. Nat, la actriz que interpreta a Alicia, ella es una artista que hace fotografía, hace poesía, hace pintura, y es la primera vez que trabaja en algo así. En el proceso con ella yo le puse un ejercicio: “Ok, yo quiero que usted completamente abrace a Alicia. Y a partir de ese momento cree algo, puede ser cualquier cosa que usted quiera, una foto, un escrito, lo que sea. Pero pensando como Alicia”. Y Nat escribió un poema que está en el corto, a partir de eso ella empezó a involucrarse un montón. La misma escritura que sale en el corto es de ella. Tener la oportunidad de que ella propusiera un montón de cosas y se involucra de esa manera, que trabajara conmigo desde muchos lugares fue super bonito. 

Otra anécdota, Juan Carlos, el sonidista, con quien ya he trabajado antes varias veces. Con la música, que fue lo último que se realizó, yo le decía: “Es que yo me imagino una casa abandonada donde ya la naturaleza se apoderó de ella y hay un piano y ese piano está desafinado completamente. Yo quiero que la canción sea eso”. Y yo no sé por qué yo le dije una imagen, él es sonidista, pero él me dijo que me iba a proponer algo a partir de eso. Tuvimos una conversación y de ahí salió la música.

En conjunto son historias muy conmovedoras porque reflejan la capacidad de liderazgo que tienes para producir a partir de las habilidades de muchas otras personas creativas. 

Sí, vieras que temprano estaba reflexionando que para mí el equipo es demasiado importante y que ellos se abran así conmigo. Tener la capacidad de escucharlos y demás. Como que de alguna manera, una se convierte en el puente para traducir el arte de ellos y ponerlo ahí. Es muy lindo. 

¿Qué experiencia, a nivel emocional, se lleva usted después de haber finalizado el corto?

Creo que era algo que quería hacer desde el principio, desde que empecé a hacer esto y no había encontrado el momento para hacerlo. Fue muy lindo que “El porqué de Las lágrimas” fuera lo primero que yo hiciera por mi cuenta. Me llevo esa realización de que logré abordar un tema que tenía pendiente, que ya lo sentía necesario. De alguna manera el corto me sanó cosas que tenía pendientes conmigo. Para mí muchos proyectos míos han sido eso, sanar cosas. Entonces el poder que tiene el cine para sanar y de ayudarnos a conectarnos con nosotros mismos, eso es lo que me llevo. Me quedo con ganas de seguir conectando de esa manera.

En esa línea, ¿tienes algún próximo proyecto en mente?  

Apenas terminamos la producción de este corto, yo comencé otra producción y está en postproducción ahorita mismo. Es un corto con la actriz Silvia Soza que se llama “La noche que nos cubre”. También estoy comenzando a escribir el primer guion que hago de un largometraje y espero tener la oportunidad de realizarlo.

¿Por qué decidiste participar en el Festival shnit en particular?

Cuando pienso en espacios que hay acá, porque yo siento que es sumamente valioso que haya espacios para compartir estas obras en Costa Rica, pienso en el shnit.  Independientemente de donde vengan o por qué existan estos espacios es increíble que tengamos la oportunidad de hacerlo, porque es un privilegio. Hacer audiovisual en general yo lo veo como un privilegio y hay que aprovecharlo full. Ver que hay espacios como este que nos dan esa oportunidad es increíble. Es inmediato que voy a pensar en el shnit. Cuando yo estaba en la Escuela de cine, me encantaba ir a ver las proyecciones, tanto las de acá como las de otros países. Siempre he estado ahí, yo en el 2020 tuve “Todas las lunas” en CHURCHIL, entonces como que era un espacio en el cual ya estaba un poco familiarizada. No solo como espectadora, sino como participante, ya que tuvimos la oportunidad de proyectar nuestro corto. Es literal, pensar en espacios que hay acá para ver cine y pienso en el shnit siendo uno de ellos y es muy importante. 

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