Lo mejor del cine en corto

Entrevista a Sergio Pucci

Con una trayectoria de más de dos décadas en la fotografía y logros notables en exposiciones internacionales, Sergio Pucci nos comparte su expectativa de ser juez en el Festival shnit, un evento que tiene un significado especial para él. Además, destaca la importancia del cortometraje en el mundo audiovisual y comparte sus experiencias en la creación de cortometrajes en Costa Rica. 

Para comenzar, si pudiera comentarme qué significa para usted ser parte de este festival shnit y cuál ha sido su experiencia hasta el momento.

Me gustó mucho que me invitaran a ser juez porque mi primer corto, “Amor de temporada”, lo estrené en el shnit MADE IN COSTA RICA. Por esa experiencia que tuve con “Amor de temporada” le guardo cariño al Festival shnit. Y sí, como que siento un vínculo ahí con el festival, entonces me gustó mucho que me invitaran. 

Ciertamente existe un vínculo personal de cariño a partir de la experiencia que tuvo. 

¿Cuál sería la importancia en su opinión de que los ticos vayamos a ver el festival shnit, ahora que vuelve a la presencialidad?

Sí. Es una gran oportunidad para los que apreciamos el cine, porque es difícil en nuestro país ver cortometrajes, para empezar. El cortometraje es en general difícil de accesar en las plataformas y en los cines. Donde solemos ir al cine no hay cortometrajes. Para empezar, además los cortos del shnit  son de muy buena calidad. Yo recuerdo ver cortos internacionales y de primera calidad. Es una oportunidad que normalmente no tenemos de poder verlos en pantalla grande en el cine. También la categoría de MADE IN COSTA RICA lo veo como una muy buena oportunidad porque es una plataforma para un montón de gente que cada vez más está produciendo cine en Costa Rica, buenísimo que haya esa sección en medio de un festival internacional y de muy buena calidad. Es un contexto que motiva e inspira a los directores ticos que hagamos cosas de buena calidad que se van a ver ahí en la pantalla grande del Cine Magaly.

Es ciertamente una muy buena oportunidad. En esta misma línea, ¿podría comentarme cual es la importancia del cortometraje en el mundo audiovisual?

Es una manera de expresión en un formato que al ser más corto, por un lado es muy accesible para mucha gente, que no necesariamente tiene los recursos para hacer un largometraje. y del punto de vista de cine, es un formato interesante, estamos acostumbrados a películas y a largometrajes, pero de repente hay cortos de cinco minutos que te impactan y que te transmiten toda una emocionalidad y sensaciones, todo en cinco minutos. Pueden ser igual de poderosos que un largometraje.

Lo bueno es que es muy accesible para mucha gente, para estudiantes, para gente joven y también te reta como productor y como director. Sí es un gran reto desde el punto de vista de guión, como contar una historia impactante que tenga un mensaje interesante. En ese sentido, a veces es más difícil contar una buena historia en dos horas, es mucho más difícil. En dos horas, elaborar y construir una historia es mucho más fluido, más fácil que en un formato corto. Entonces es ese reto que creo incita a la creatividad y a la exploración. Me parece una muy buena manera de aprender por un lado, para los que estamos aprendiendo. Y por otro lado para los que disfrutan y ven es una manera de entretenimiento muy distinta a la que no estamos acostumbrados y puede ser muy satisfactoria también.

De su trayectoria haciendo cortometrajes, “Amor de temporada” y lo que terminó siendo GÜILAS, podria compartirme una experiencia que lo haya marcado al hacer esos cortometrajes 

Sí, varias. De fijo lo sentí como una muy buena manera de aprender. Y yo cuando me puse a hacer mi primer corto, “Amor de temporada”, como que tuvo muy buena respuesta, lo que me motivó a hacer los otros. A hacer uno por cada provincia y a juntarlos para hacer un largometraje que se llamó GÜILAS. Mi motivación para hacer “Amor de temporada” fue simplemente aprender. Fue como echarme al agua, esa es la mejor manera de aprender.

Viendo atrás, fue una muy buena escuela realizar esos cortos.

La mayor satisfacción fue la relación con todos los güilas, eran niños de toda Costa Rica, de orígenes muy diversos, además no habían tenido ninguna relación previa con el cine. Entonces fue muy satisfactorio ver la ilusión y la motivación en ellos. Fue interesante el aspecto de encontrar talento en los lugares donde uno menos se lo imagina. Años después de haber filmado sigo teniendo relación con algunos de ellos.

¿Cuáles son sus proyectos a futuro?

Estoy trabajando en un par de guiones, al mismo tiempo, y la verdad llevo años. Es todo un reto y todo un arte. Todavía siento que tienen mucho por evolucionar. Pero sigo teniendo el interés por el cine, me apasiona y quiero involucrarme cada vez más. Tanto así que llevo años dedicando tiempo a escribir guiones porque me encanta.

¿Qué consejos podría darle a alguien que quiera introducirse a la cinematografía en Costa Rica?

El más importante, sin lugar a dudas, es tirarse al agua. No tengo la menor duda que esa es la herramienta más importante, más importante que ser inteligente, que ser reactivo. Porque es así que uno realmente aprende y tirarse al agua puede muchas veces significar algo muy simple. Es muy fácil, en cosas como el cine donde se requieren un montón de recursos para hacer algo, quedarse afuera del juego con la idea de que uno no tiene los recursos. Pero tirarse al agua significa encontrar la esencia de tu pasión. Qué es aquello que te gustaría contar e ir y contarlo. Con los recursos que sean, aunque sea con un iPhone. Porque se puede y se puede hacer bien hecho. También eso es una gran ventaja que hay hoy, esa posibilidad hace 20 años tal vez no existía. Ya no hay excusa.

Lo principal es conectarse con esa pasión, conectarse con el porqué interno de lo que quiero contar.

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