El espíritu de la niñez, así como la valentía de permitirse sentirlo, a pesar de la edad y la soledad intrínseca de divergir, son algunas de las piezas que arman el rompecabezas en la mente de Gerardo, un señor de 79 años que, a través de disfrazarse de distintos personajes, explora la fotografía, la sátira y lo lúdico. A través de conversaciones enredadas entre archivos y reflexiones de una vida motivada por el deseo de alegrar, Gerardo abre las puertas al universo que palpita en su imaginación y su penthouse, una habitación de su casa que acopia su fantasía junto con sus fotografías, películas caseras y los objetos que ha recopilado a lo largo de sus 79 años.